sábado, 7 de abril de 2007

Querido hijo, los días pasan y no dejo de recordar tantos momentos…..Cuando al poco de empezar con el primer tratamiento, la Doctora Márquez a una pregunta de tu madre, nos contestó que este tipo de tumor no tiene cura, pero que nuestro hijo no se iba a morir ahora, lo dijo como intentando calmarnos viendo la cara que se nos puso, a mi me dejó hundido y preguntándome ¿Cuándo?, por desgracia esa respuesta ya la sé. Después en casa me costaba estar a tu lado y cocí el coche y me fui intentando inútilmente aclarar mi mente, paré al lado de un cañaveral cerca de casa donde lloré, vi a un padre con su hijo dando un paseo, sentí rabia de mi situación y envidia de no poder tener un hijo sano, al final llegué a la conclusión que mi hijo me esperaba en casa y que si mi función como padre era ayudarte a morir no podía eludirla. Desde entonces como dijo la psicóloga he estado viviendo el duelo con antelación, a pesar de que hubo momentos en los que creí que habías vencido a la enfermedad. Fueron muchos años de lucha, casi seis, hoy solo que me queda tu recuerdo y un terrible sensación de vacío, la vida ya no tiene sabor sin ti, todo carece de sentido y nada llega ni a entretenerme, siento el corazón vacío, sin capacidad de amar ni tan siquiera a mi mismo.