miércoles, 5 de septiembre de 2007
Bueno Carlos ya estamos en septiembre y los típicos anuncios de la vuelta al colegio, comentaba con tu madre el otro día que estarías protestando por que te lo recordaran continuamente, a mi ahora también me molesta que me lo recuerden continuamente por los recuerdos de tantos años que cuando te compraba los libros me preguntaba si sería la última… y llegó esa ultima el año pasado, cuando ya sabíamos que quedaba muy poco tiempo.
Muy a menudo me pongo a recordar momentos buenos y malos de nuestra vida contigo, un día me gustaría ponerme a escribir e intentar recordar todo lo que han sido estos años de lucha y de miedo desde aquel día en que el destino nos torció la vida. Hoy recordaba uno de los peores momentos poco después de comenzar los tratamientos cuando fuimos esperanzados a preguntar a una de las oncólogas, prefiero no recordar su nombre, esperando que nos animara y me hundió cuando nos dijo que ese tipo de tumor tenía muy mal pronostico y difícil la curación. Llegamos a casa y me costaba estar contigo, al final me fui con el coche y paré al lado de un cañaveral donde lloré lleno rabia, más tarde vi pasar a un padre con su hijo paseando y mi mente no dejaba de repetirme que había hecho yo para que la vida me tratase así, al final me di cuenta de que mi hijo estaba en casa esperándome y que si la vida me había destinado la peor función de un padre que es ayudar a morir a su hijo no podía fallarte por mucho que me costara, lo que no sabía entonces es que serían varios años de lucha y con momentos terribles como fueron las últimas semanas de tu vida en los que verte tan mal me destrozaba el alma, solo tu madre, como siempre, fue capaz de mantener la razón.
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