miércoles, 23 de mayo de 2007


Querido hijo; Estamos ya a 23 de Mayo, dos meses sin ti, dos meses sin escuchar tu risa, dos meses vacíos, el tiempo pasa y cada vez necesito más tu compañía, nos has dejado tan solos y tristes….
Esta mañana he comenzado a ir a la psicóloga, no espero que me ayude mucho, nadie puede, nadie me va a devolver a ese niño perfecto que eras antes de que la maldita enfermedad se cebara contigo, antes de que todo se torciera y nos amargaran la vida. Que lejos me parecen ya aquellos momentos y que poco los valoraba entonces…
Como pensar que algo tan horrible nos pudiera pasar y menos a ti, un niño tan sano y feliz, aún hoy sigo sin comprenderlo y no creo que lo haga nunca.