lunes, 24 de septiembre de 2007
Querido hijo no quería dejar pasar el día sin escribirte, seis meses ya, parece mentira, a veces me parece que no ha pasado el tiempo y otras que hace una eternidad que te fuiste y mañana, bueno ya hoy, cumplo 46 años. Prefiero ni acordarme que es mi cumpleaños, ya no hay nada que celebrar.
Cuando terminaste el largo año de tratamientos deseaba que llegara esta fecha para que te dieran el alta y así al menos creer que la pesadilla había pasado, pero por desgracia solo fueron dos años de esperanza hasta que ese engendro del diablo comenzó de nuevo a comerse tu cerebro. Otra de las inútiles preguntas de las que nunca encontraré respuesta. ¿De donde salió semejante tumor tan rarísimo y tan agresivo?
Hoy miro mi vida y me doy cuenta de que los grandes cambios que en ella ha habido todos han sido marcados por ti, 30 años hasta que tu naciste, 9 años que ahora me parecen los más felices de mi vida, 6 años de la pesadilla de tu enfermedad y ya lo que me resta de vida, desolación, tristeza y oscuridad.
viernes, 21 de septiembre de 2007
Querido hijo cada día retraso más y más el escribirte pues es como enfrentarme con este gran dolor que intento inútilmente engañar con pequeñas cosas, como quien quiere cegar un pozo tirando piedrecillas, y es que a pesar de que ya han pasado casi seis meses las mismas preguntas sin respuesta atormenta mi mente a cada momento, sobre todo una, la de siempre ¡¡ DONDE ESTÁS!! , a cualquiera le parecería una pregunta estúpida pero es que no puedo hacerme a la idea de que ya no te veré más. Hoy he abierto las puertas de tu armario y al ver tu ropa, tus gorras que la maldita enfermedad te obligó a llevar se me ha encogido el alma, por más que tome pastillas o que intente entretener la mente es inútil no dejo de recordar el pasado, cualquier cosa hace que piense en ti y en momentos vividos a tu lado.
Es curioso como la vida te da la vuelta transformándote casi en otra persona, yo antes pecaba de vivir pensando en el futuro, ahora peco de pensar solo en el pasado, el presente es una triste pesadilla de la que no puedo despertar y el futuro ha dejado de existir, no hay nada en él que me ilusione sin ti.
Como ves sigo una y otra vez dando vueltas en la misma noria, sin encontrar ningún camino ni salida de este continuo chapoteo en mi propia herida.
miércoles, 5 de septiembre de 2007
Bueno Carlos ya estamos en septiembre y los típicos anuncios de la vuelta al colegio, comentaba con tu madre el otro día que estarías protestando por que te lo recordaran continuamente, a mi ahora también me molesta que me lo recuerden continuamente por los recuerdos de tantos años que cuando te compraba los libros me preguntaba si sería la última… y llegó esa ultima el año pasado, cuando ya sabíamos que quedaba muy poco tiempo.
Muy a menudo me pongo a recordar momentos buenos y malos de nuestra vida contigo, un día me gustaría ponerme a escribir e intentar recordar todo lo que han sido estos años de lucha y de miedo desde aquel día en que el destino nos torció la vida. Hoy recordaba uno de los peores momentos poco después de comenzar los tratamientos cuando fuimos esperanzados a preguntar a una de las oncólogas, prefiero no recordar su nombre, esperando que nos animara y me hundió cuando nos dijo que ese tipo de tumor tenía muy mal pronostico y difícil la curación. Llegamos a casa y me costaba estar contigo, al final me fui con el coche y paré al lado de un cañaveral donde lloré lleno rabia, más tarde vi pasar a un padre con su hijo paseando y mi mente no dejaba de repetirme que había hecho yo para que la vida me tratase así, al final me di cuenta de que mi hijo estaba en casa esperándome y que si la vida me había destinado la peor función de un padre que es ayudar a morir a su hijo no podía fallarte por mucho que me costara, lo que no sabía entonces es que serían varios años de lucha y con momentos terribles como fueron las últimas semanas de tu vida en los que verte tan mal me destrozaba el alma, solo tu madre, como siempre, fue capaz de mantener la razón.
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