miércoles, 31 de octubre de 2007


Parezco un calendario ambulante solo contando los días, siento que con cada uno me aleja más de ti, como si eso fuera posible…

Hoy nos ha tocado ir nuevamente a la psicóloga a charlar un rato y como casi siempre se me ha saltado alguna lagrima, intenta que vuelva a encontrar gusto por las cosas y puede que tenga razón en que yo mismo me recrimino el poder disfrutar de algo, aunque tan solo sean las aficiones que tenía y ahora me dan tanta pereza. Es muy difícil aceptar como padre que mi hijo ha muerto y sigo viviendo, va en contra de toda razón.

Ya ves entre psiquiatras y psicólogos como si estuviera medio loco, buscando inútilmente una razón para vivir o al menos calmar esta necesidad que tengo de tu compañía.

Te queremos Carlos.

miércoles, 24 de octubre de 2007

Me parece mentira que ya hayan pasado siete meses sin ti cuando antes pasar solo 24 horas ya era angustioso. Me gustaría decirte que me voy acostumbrando, que estoy mejor pero es mentira, a veces creo que cada vez lo veo todo más negro. Dicen que cada uno venimos a este mundo con una misión, la tuya fue soportar tanto sufrimiento y la mía seguramente ayudar a que nacieras, quererte y acompañarte en tan duros momentos, o al menos intentarlo. La cuestión es que la misión de los dos se terminó con tu muerte pues yo no consigo encontrar ya ningún sentido a mi vida. Mis días se reducen a pasar horas fumando delante del ordenador buscando entretener la mente y poco más. Encuentro juegos y películas de las que a ti te gustaban y añoro el bajártelas para hacerte un poquito feliz. Cuantas veces durante tu enfermedad hubiera querido detener el tiempo temiendo que llegara a perderte, intentando alargar los días para que no pasaran… ahora a veces sueño con la angustia y el miedo atroz que pasé temiendo que algún síntoma del “maligno” nos hundiera nuevamente en la desesperación, eso al menos pasó, pero ahora solo queda tristeza y abatimiento. Donde quieras que estés te quiero hijo mió.

lunes, 15 de octubre de 2007

Querido hijo, veo como pasa el tiempo esperando inútilmente que calme mi desesperación, pero nada, son días vacíos que en los que cada vez te hecho más de menos, supongo que pasados los primeros momentos en los que no puedes aceptar la realidad, esta se impone como tu losa aplastándome. Creo que ya no me queda nada en la vida por hacer y muchas noches te pido que me lleves a tu lado pensando ingenuamente que estás en algún lugar y desde él nos miras. Miro continuamente una foto tuya que te hice a finales del último verano, la he sacado del ordenador lo mejor que he podido para ampliarla y ponerla en un portarretrato a mi lado, junto a la mesa del ordenador pues parece que me miras y me hace compañía pero lo que yo necesito es tenerte a ti, reír contigo y poder charlar de mil cosas. Tu madre sufre al ver que no levanto cabeza, que tan solo me apetece dormir, me duele no ser más fuerte pero es que no encuentro razones para vivir.

jueves, 4 de octubre de 2007

Querido Carlos otro mes más que pasó y ya estamos en octubre, se acercan sin remedio las terribles navidades, sabes que nunca me han gustado pero no lo comprendías y es que en esas fechas es cuando se hecha más en falta a los seres queridos y por desgracia han sido muchas las perdidas, mis padres, mi hermano mayor y sobre todo la tuya que llenabas nuestras vidas de amor y alegría. Por lo que intentaré vivir las navidades como si no existieran y solo fueran días normales. No quiero reuniones familiares ni comidas especiales donde todos lloremos tu ausencia, ya es bastante duro pasar cada día echándote de menos. Ahora busco respuestas que me convenzan de que tu alma sigue existiendo en algún lugar, no puedo aceptar tu ausencia como nunca supe aceptar tu enfermedad y necesito creer que tanto amor y tanto sufrimiento tiene que tener algún sentido. Ayúdame a encontrar un poco de paz para seguir viviendo, te necesito. El destino me lleva de la mano por caminos que nunca pensé en recorrer.