viernes, 30 de marzo de 2007

Carlos, hijo ¿Como te hecho de menos? Hoy hace una semana que nos dejaste, una semana, parece mentira, pasar tanto tiempo sin verte y me haces tanta falta… Temo el día que se vayan tu abuela y tu tía, ¿Que vamos a hacer tu madre y yo solos, si vivíamos para ti? En estos años de tu enfermedad nos hemos acostumbrado a vivir así y ahora todo ha dejado de tener sentido, solo siento una angustia que me ahoga.

jueves, 29 de marzo de 2007

Hola Carlos, mañana te dicen la misa de funeral en la parroquia, la verdad es que no pensaba volver a pisar una iglesia después de que Dios, si es que existe, lo cual dudo, te hubiera llevado de nuestra compañía, pero ya sabes, los compromisos sociales, el que dirán y acompañar a tu madre sobre todo me harán ir a pasar un mal rato y a maldecir a todos los santos por esa maldita enfermedad que no te ha dejado vivir. Y para colmo en el instituto también piensan decir otra misa, y le han comentado a tu madre que han puesto una foto tuya para recordarte, más me hubiera gustado que hubieran sido mejores amigos tuyos cuando estabas con ellos. Como me acuerdo ahora de todas las veces que he ido a llevarte y a recogerte, si supieras el miedo que llevaba a que me dijeras que te ocurría algo referente al tumor…, cuanto miedo he pasado estos años de lucha temiendo cualquier síntoma que nos alertara de que el bicho crecía, ahora ya todo ese miedo se ha convertido en una inmensa pena, en una profunda soledad y eso que no me hago a la idea de que te hayas ido y eso que este ultimo mes viéndote como estabas lo deseara para que dejaras de sufrir, yo sé que tu si tu cabeza hubiera funcionado como siempre también lo hubieras deseado. Nunca sabré como fue posible que un tumor tan raro y agresivo entrara en esa maravillosa cabeza que tenias, a veces hasta pensaba en una maldición de alguien que envidiaba tu inteligencia, tu carácter, tu nobleza, tu alegría, si tu alegría, esa que ahora hecho tanto de menos. Un beso en la frente donde quieras que estés.

miércoles, 28 de marzo de 2007

Otra madrugada delante del ordenador como tantas, solo que ahora no puedo besar tu frente antes de irme a dormir. Sabíamos que te quedaba poco tiempo de estar entre nosotros pero sentir que ya no te tengo es tan duro, me has dejado un terrible vació y una soledad infinita, dirás que tengo a tu madre, es cierto pero con ella no puedo compartir tantas cosas como hacia contigo, el bromear y hacerte reír con cualquier simpleza, me falta esa alegría que tu nos dabas y que me ha dejado tan triste. Y esto es solo el principio, cuando aun no me hago a la idea de que ya no estarás más conmigo, no sé que voy a hacer tu marcha le ha quitado sentido a todo, hasta ver la tele sin ti me aburre y salir con tu madre ni me lo planteo, necesito tu presencia como siempre ¿Dónde vamos los dos solos? y sobre todo ¿Para qué? Todo me recuerda a ti, las cosas de tu habitación, cada mueble, cada momento. Y no dejo de preguntarme si estás en algún sitio, si existe algo después de la muerte pero no me contestas.

domingo, 25 de marzo de 2007

Hola Carlos

Deseo con todas mis fuerzas creer que tu alma sigue viva en algún lugar aunque la razón no me lo permita, es tanta esa necesidad que te he llamado mil veces como si estuvieras perdido, no he obtenido respuesta, pero desde aquí me gustaría decirle cuanto te han querido todos aquellos que han pasado por su corta vida, desde su profesora de preescolar hasta el jefe de estudio de instituto, ese al que todos temíais, también ha llorado por tu marcha. Todos y cada uno han venido a despedirse de ti. Don Luís y su mujer, tu pediatra de toda tu niñez. Nadie que te haya conocido ha podido olvidar la huella que en ellos dejaste, todos alababan tu madurez, tu nobleza, tu carácter, en definitiva que eras un niño excepcional, sé que te gustaría saberlo. De tus padres solo recordarte que te queremos con locura y que para nosotros has sido el regalo más grande que la vida nos ha dado, a pesar de tanto sufrimiento tu sola compañía era el mejor de los bálsamos y la más grande recompensa. Yo por mi parte te pido perdón por los momentos en los que me has visto derrotado y no he estado a la altura que tu merecías, solo puede decir que lo he intentado con toda mi alma. Me gustaría mandarte un enorme abrazo pero no sé a donde.