domingo, 29 de julio de 2007

Querido hijo, tu abuela, mi madre, nos dejo el viernes 27, hemos ido tu madre y yo al entierro, el primer viaje que hacemos por esa carretera sin ti, la de Sevilla la hemos recorrido tantas veces juntos la mayor parte de las veces en visitas al hospital y la de Mérida desde la Semana Santa del año pasado, cuando te llevamos a que conocieras Cáceres y Trujillo sabiendo ya que seria uno de tus últimos viajes pero al menos teniéndote a nuestro lado. La muerte de tu abuela ha sido algo natural dado el estado en que se encontraba y la edad que tenía (84 años), no por eso dejo de sentir la tristeza de que nos haya dejado pero en nuestros corazones ha sido revivir nuevamente el momento de tu marcha, las lágrimas eran más por ti que por ella que al menos ha tenido la oportunidad de vivir su vida, y las palabras de animo de los familiares también se centraban en nuestra pena por perderte. Todos nos decían que volviéramos a nuestra tierra, que no siguiéramos solos aquí en Jerez y lo estamos pensando, al menos cuando consigamos encontrarnos lo suficientemente fuertes.

viernes, 27 de julio de 2007

Querido hijo estos últimos días me he atrevido a editar los videos que guardamos de tu niñez para poder conservarlos en DVD, verte como eras antes del largo calvario de tu enfermedad me parece estar mirando una época que corresponde a otro mundo, algo que sucedió hace tantos años que creo que tu ya ni los recordarías, eras tan pequeño…, tan inquieto, tan normal… que viéndote me parece mentira todo lo que pasó después, pero me gusta verte con tus graciosos gestos, tan vivo, tan inocente… y me digo para mi: ¡ ESE ERA MI HIJO ¡. Hoy también tengo malas noticias que darte, tu abuela, mi madre está muy mal, tememos que cualquier día nos deje del todo, aunque su cabeza ya hace años que vive en otro mundo. Otro mal trago para mi hundido ánimo, me supone un esfuerzo enorme tener que enfrentarme otra vez a todo esto cuando ni siquiera consigo asumir tu muerte. Si existe algo después de la muerte podrá estar también a tu lado como mi padre y mis hermanos esperando que pronto pueda estar con vosotros, sería maravilloso.

lunes, 23 de julio de 2007

Querido hijo ya hace cuatro meses y aún vivo cada día sin aceptar no verte más, aún me parece imposible que tan solo quede de ti un bote lleno de cenizas, aunque la razón lo comprenda el corazón no puede, cada noche al acostarme miro tu habitación y tengo la tentación de entrar a darte un beso en la frente y arroparte como siempre hacía.
Me cuesta comprender que ya no estás, que tan solo queda de ti nuestros recuerdos, muchos de ellos terriblemente dolorosos, como las últimas semanas de tu vida, llenas de sufrimiento, de impotencia, de rabia y sobre todo ya de una infinita tristeza como la que reflejaba tu rostro al ver como tu cuerpo cada vez era menos tuyo y más del tumor y las drogas.
Pasan los días, las semanas y ya hasta los meses y mi corazón se quedó contigo dejando tan solo un hueco vacío en mi pecho, con él se quedaron mis ganas de vivir, mis ilusiones y alegrías, ya tan solo veo ante mi un amargo y triste camino de una vida que ha quedado vana y sin futuro. Ya no te veré hacerte un hombre, ni enamorarte y tener hijos, hubieras sido una gran persona por tu nobleza, por tu gran corazón y tu inteligencia, pero esa maldita enfermedad se cruzó en tu camino y ya tan solo nos queda llorar tu ausencia.

martes, 17 de julio de 2007


La vida sigue y tu no estás, ya habrías terminado el curso y seguro que como siempre con notas excelentes y estarías disfrutando de no tener que estudiar y ponerte cada día al ordenador y más ahora que como el tuyo se estropeó he pasado el mío a tu habitación para que lo use tu madre que está haciendo un cursillo de informática, si ya sé que pensarás con una sonrisa que falta le hacía, y he montado otro para mi más potente, que seguro me quitarías para poder jugar mejor a tus juegos, y yo sería feliz de verte disfrutarlo.
Iríamos en nuestro viejo coche, que un día te llevó despacito del hospital a casa cuando naciste y que tristemente también trajo tus cenizas, a la playa a buscar coquinas que tanto te gustan o a cenar puntillitas como el año pasado.
Pero la vida se nos torció cuando apareció el maldito tumor, aunque como solo tenías 9 años solo te importaba estar en tu casa jugando y eras feliz con cualquier nuevo juguete, no querías crecer como si sospecharas lo que te esperaba cuando dejaras la niñez pero la vida no para y antes de que nos diéramos cuenta estabas luchando nuevamente contra la enfermedad y dándote cuenta de que los juguetes quedaban atrás y la nueva etapa en la que entrabas tus limitaciones te aislaban de tus compañeros y ya no eras tan feliz, hasta que todo se rompió cuando nos dejaste.

miércoles, 4 de julio de 2007

Querido hijo, perdona que tarde en escribirte, no pienses que me olvido de ti ni un solo momento, pero evito enfrentarme a esta realidad que tanto me duele, ya ves, como siempre escondiendo la cabeza como un avestruz como si de esa manera las cosas fueran diferentes…Pero como aceptar que no te veré más, que no te oiré llamándome ¡ Papa ¡ cuando tu madre tenga la cena preparada, que no podré hacerte reír con cualquier comentario gracioso, que no podré enseñarte ni explicarte tantísimas cosas… es tan dura esta realidad que comprende que intente escapar una vez más. Al menos tú ya no me necesitas pero yo sin ti no sé como vivir.